El Señor Caído de Girardota: un símbolo de fe que moviliza a miles de creyentes
Cada Semana Santa, Girardota se transforma en un epicentro de peregrinación en Antioquia. Miles de personas, impulsadas por la devoción, recorren a pie distintos caminos desde el Valle de Aburrá y otras regiones del país, con la intención de dar gracias, pedir favores o renovar su fe ante la imagen del Señor Caído, considerada milagrosa por muchos.
¿Quién es el Señor Caído de Girardota?
Durante más de 250 años, esta imagen ha sido objeto de profunda veneración. Es reconocida como una de las más milagrosas de Colombia, atrayendo a cientos de fieles durante Semana Santa y las festividades patronales de enero, quienes llegan hasta la iglesia principal del municipio para postrarse ante su altar.
Una historia de fe que comenzó en 1767
De acuerdo con el historiador Juan de Dios, la imagen llegó a Girardota el 17 de diciembre de 1767, procedente de Quito, Ecuador. Fue traída gracias a las gestiones de Carlos de Molina Cataño, quien, junto con el párroco de la iglesia La Candelaria de Medellín, organizó la llegada de varias figuras religiosas, incluyendo la del Señor Caído. Desde entonces, su presencia ha inspirado incontables historias de fe, siendo visitada por obispos, mandatarios y creyentes de todo el mundo.
Un detalle singular de esta imagen es su elaboración: está tallada en madera, pero las llagas han sido hechas en alto relieve con lana de oveja, en alusión a Cristo como el cordero que se entrega por la humanidad.
Una tradición viva durante Semana Santa
Durante las fechas más importantes, como la Semana Mayor y las festividades de enero, es común ver extensas filas de peregrinos transitando la autopista norte hacia Girardota. Algunos avanzan descalzos, otros en silencio, con velas encendidas o luciendo camisetas en homenaje a un milagro recibido.
Esta manifestación de fe se ha consolidado como una de las expresiones más representativas del turismo religioso en Antioquia.
Relatos de milagros y transformación espiritual
Entre las muchas historias que rodean al Señor Caído, destaca una narrada en el documental Historias de mi pueblo: Girardota. En ella, un hombre viajó desde otro país con su hija de 15 años, quien nunca había podido hablar. Aunque no profesaba la fe católica, hizo una promesa: si su hija lograba hablar, toda la familia se convertiría. Tras orar con fervor frente a la imagen y sin notar un cambio inmediato, el milagro ocurrió minutos después: su hija le habló por primera vez para pedirle que regresaran al templo.
Un ícono de la fe antioqueña
Más allá de lo religioso, el Señor Caído representa una conexión profunda con la identidad y la espiritualidad de Girardota. Su culto continúa vivo en el corazón de los creyentes, consolidando al municipio como uno de los referentes del turismo religioso en Colombia.